Palma con niños es una maravilla. Ya sea en verano o en invierno, siempre hay algo que hacer.
Este fin de semana hicimos uno de nuestros planes preferidos, fuimos a Kukear por el Parc de la Mar.
La verdad es que solo por las vistas de la majestuosa Catedral de Palma ya es un paseo que vale la pena. La parte de arriba del Parc es una gran manta verde de césped donde muchos se paran a descansar, o a jugar. Y claro, nuestra Ari Pitufina probó y aprobó el estado del césped para sus “monadas”.
En la parte de abajo del Parc hay un enorme espejo de agua con una fuente muy grande y bastante espacio donde los niños pueden correr libremente (siempre con cuidado para no caer al agua). Hay también baños públicos y un bar para tomar algo, mientras se disfruta de las vistas. Ari y Naia, compañera de aventuras, disfrutaron corriendo y gritando durante todo el camino que cruza la catedral por parte de delante del espejo de agua.
Hemos hecho todo el camino y al subir la rampa, al final, hemos vuelto a subir al césped donde de nuevo, disfrutaron de jugar y correr. Aquí sí hay que estar más pendientes porque la carretera está al lado, si tienes niños escapistas.
Si sigues el camino puedes volver a bajar a una zona muy amplia del Parc donde también hay mucho sitio para jugar y correr. Nuestro destino final estaba cerca, pero las aventuras por el camino son tantas que es un paseo que hay que hacer con tiempo y tranquilidad para que disfruten de todo.
Justo antes de llegar al parque infantil, nos encontramos con un bonito jardín de flores. Por desgracia, no está vallado, y algunas flores han sido pisoteadas o arrancadas. Las niñas cogieron algunas ya arrancadas, las estudiaron, aprendieron que están más bonitas en el jardín y las llevaron a casa para ponerlas en agua.
El parque es una maravilla. Tiene una amplia zona de césped para jugar delante donde muchas tardes las familias se tumban a descansar, los jóvenes entrenan malabares y padres e hijos juegan al fútbol.
Para la delicia de los niños, el parque es de arena, por lo que muchos llevan sus cubos para jugar y se llevan parte del parque en los zapatos a casa… Hay un castillo grande para los más mayores con toboganes de tubo y rocódromo, lo que es toda una aventura para aquellos que se atreven a conquistarlo.
También tiene 2 casitas de menor altura con toboganes pequeños, cocinitas, juegos de arena y puentes, además de una zona con caballitos de muelle para los más pequeños.
Y, como no, columpios para el disfrute de todos.
Y llegamos al fin de nuestro paseo porque la vuelta es larga y la grúa se nos lleva el coche.
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